Representación irónica de la eterna lucha entre el Bien y el Mal, con el obligado final del «que todo cambie para que no cambie nada». Rodado en Súper 8 en el castillo oscense de Montearagón, está dirigido por Antonio Tausiet y fotografiado por José Ángel Delgado. El corto forma parte de un proyecto denominado ‘8 vampiros e Súper 8’, que consistió en el rodaje de historias cortas de esta temática en el celuloide doméstico.